Oda a la melancolía
John Keats
1795-1821
Voz y traducción:
Marta Salvador Torras
Duración: 3:31
Música: Tom Fahy (cc:by-sa)
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John Keats está considerado uno de los grandes poetas británicos. El destino no havia designado para él, el mundo de la cultura. Había nacido en el Londres de 1795. Empezó muy joven como aprendiz de cirujano y se licenció en farmacia. Estudió literatura de forma autodidacta. En seguida se identificó con las corrientes estéticas más modernas: el rechazo a la sociedad burguesa, el retorno a la vida natural, el uso del lenguaje emocional, el culto a la muerte y a la noche. Es decir, con el romanticismo. Después de sus primeros trabajos la fortuna le sonrió y entró en el círculo de Shelley y Lord Byron, los poetas por excelencia del movimiento que lo introdujeron en el selecto mundo de los literatos.
Después de conocer a los más brillantes autores del Romanticismo y gozar de su amor, la hermana de su amigo Charles, Fanny Brawne, murió joven con 26 años, como si estas experiencias fueran suficientes para nutrir su existencia. Keats fue enterrado en el cementerio no católico de Roma, también conocido como “el de los poetas”. Ya sea por auténtica o falsa modestia, en su tumba se puede leer la sentencia “Aquí descansa uno que grabó su nombre en agua”. Sabía que su paso por la vida era un espejismo, algo efímero. Era plenamente consciente que el alma y el cuerpo necesitan descansar. Shelley, al ver la tumba, exclamo que ese mausoleo “haría que cualquiera se enamorara de la muerte”. El que enamora en sí al poeta, es la idea de muerte, no el elemento material. El amigo, en un homenaje macabro y real, un año más tarde murió ahogado cerca de Nápoles, y fue enterrado en el mismo cementerio.
Volviendo al Keats vivo, apuntar que compuso unos 150 poemas. Sus mejores trabajos, los escribió cuando la muerte por tuberculosis, lo encontró el año 1821.Oda a la melancolía pertenece a esta ultima hornada lírica. Fue escrita en el año 1819 y publicada en el siguiente año. Se trata de un poema todavía discutido. Porque, aunque es un elogio a la tristeza, es paradójicamente, un canto a la vida. Proclama la necesidad imperiosa de huir de la negritud de la muerte. (No, no, no vayas al río del olvido). Pero la melancolía es un ingrediente de la vida, es la vida misma (Deseando el adiós: y con placer doloroso
La abeja se vuelve veneno). La alegría no podría existir sin la tristeza, como el día no podría existir sin la noche, porque de ella nace. Keats, lo sabe y en todo momento en sus versos está presente lo positivo junto con lo negativo (Con la belleza vive, belleza que morirá).
Oda a la melancolía
No, no, no vayas al río del olvido
No exprimas el acónito púrpura,
Deseando su venenoso vino.
No dejes que tu pálida frente sea besada
Por la noche, rubí uva de Belladona.
Ni hagas tu rosario con frutas del bosque
Ni dejes que el escarabajo ni la polilla vivan en
tu melancólica mente.
Ni que el búho trasnochador sea
Un compañero en los misterios de tu tristeza infinita
Porque la sombra a la sombra retorna, adormecida
Y ahoga la vigilia angustia del alma
Pero cuando la melancolía llega,
Repentina desde el cielo como una nube llorosa,
Que inunda las flores cuidadas por el sol
Y abril esconde la verde ladera en una mortaja
Entonces, seca la pena en una rosa de la mañana.
O en el salado arco Iris de las olas marinas.
O en la riqueza redonda de las peonías
O si tu amante muestra su fabulosa ira
Toma su mano y déjala tronar
Y mira en el profundo de sus incomparables ojos.
Con la belleza vive, belleza que morirá:
Y con la alegría, cuya mano sobre sus labios
siempre dice adiós
Deseando el adiós: y con placer doloroso
La abeja se vuelve veneno.
Pues en el templo del deseo, envuelta en un velo,
La melancolía es sagrada,
Aunque solo la ve aquel que con incansable
Paladar saborea la uva fatal de la alegría.
Su alma probará la tristeza de su poder
Y la expondrá entre sus nebulosos trofeos.