A Margarita Debayle
Poema-Cuento
Rubén Darío
Voz: Sonia García
Duración: 3:28
Música: MusOpen (cc:by-nc-sa)
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«A Margarita» fue escrito para la nicaragüense Margarita Debayle, una niña de cinco años. En aquellos días Rubén Darío fue invitado por el padre de Margarita a visitar la isla de El Cardón y la niña le pidió que le escribiera un cuento… y Rubén lo hizo en forma de Poesía. El poema se considera una inspiración literaria que expresa la Belleza en forma de narración y descripción; el uso del lenguaje también expresa un realismo particular y nos lleva a explorar el Poema trasladándonos a otro mundo y haciendo que el lector lo dibuje en su mente y capte la «esencia».
Otra vez más Rubén Darío asume todas la corrientes literarias de su tiempo: el Simbolismo, modernismo, el parnasianismo, el romanticismo y el realismo. Innovador de lenguaje poético, al que dotó de colorido y sonoridad.
A Margarita Debayle
(1908)
Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar:
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento.
Este era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha del día
y un rebaño de elefantes,
Un kiosco de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita como tú.
Una tarde la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.
La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla,
y una pluma y una flor.
Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.
Pues se fue la niña bella
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.
Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
mas lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.
Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.
Y el rey dijo: «¿Qué te has hecho?
Te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho,
que encendido se te ve?
La princesa no mentía.
Y así dijo la verdad:
«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».
Y el rey clama: «¿No te he dicho
que el azul no hay que tocar?
¡Qué locura!¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar».
Y dice ella: «No hubo intento;
yo me fui no sé por qué;
por las olas y en el viento
fui a la estrella y la corté.
Y el papá dice enojado:
«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo, y lo robado
vas ahora a devolver».
La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.
Y así dice: «En mis campiñas
esa rosa le ofrecí:
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí.»
Viste el rey ropas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.
La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.
Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.
Ya que lejos de mi vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.

Fuente: Wikimedia Commons
Bonito poema y preciosa voz